Aprendiendo a vivir, frases

— La mejor filosofía para vivir en la vida, es vivirla con amor... Con amor por nosotros mismos y por los demás, a pesar de todo lo que suceda.
— Acepta a cada quien como es y no permitas que nadie cambie tu esencia, tu estado de ánimo, ni tus valores.
— No hay venganza como el olvido. Baltasar Gracián (1601 - 1658).
— Ama siempre un poco más a quien lo merece, porque quien te ama, te cuida, te protege, está allí para hacer tu vida, más armónica y placentera. Está contigo para apoyarte, para hacerte reír, para recordarte que la vida es bella y que tenemos muchos motivos para agradecer el milagro de estar vivo.
— Entrega todo lo que puedas, pero no esperes nada de nadie. Mejor deja que te sorprendan y no que te decepcionen.




— No te sientas culpable por hacer lo que te haga feliz, si con eso no haces daño a otra persona.
— Tu felicidad no depende de la aprobación de nadie, solo depende de ti.
— Trata de hacer el bien, pero si no puedes hacerlo, por lo menos no hagas daño. Hipócrates (460 - 360 a.c.).
— Nunca te adaptes a lo que no te hace feliz, la vida siempre te tendrá algo diferente.
— Lo que tu corazón te dice a gritos, no trates de ignorarlo por miedo o por temor.

— Tus malos momentos te acercarán a quienes le importes y también... a quienes te envidien.
— No necesitas competir con nadie, porque la única competencia es contigo mismo. Héctor Ti.
— Te conocerás a ti mismo, en cuanto empieces a descubrir en ti defectos que los demás no te han descubierto. Friedrich Hebbel (1813 - 1863).
— Si te preocupa lo que otros piensan de ti, siempre serás su prisionero. Lao Tse (siglo VI a. C.).




— Odiar es gastar energía en alguien, que no merece ni ser recordado. Chamalú (1959).
— No tienes que herir para enseñar y no tienes que ser herido para aprender. Gangaji.
— Ser una buena persona no depende de tu estatus, tu religión, tu raza, el color de tu piel, ni de tus ideas políticas. Mucho menos de tu cultura o tu educación. Ser una buena persona depende de si tratas bien a los demás.
— El perdón nos devuelve la paz que el odio nos robó.

— Respetar a los demás, es comprender que todos tenemos derecho a la vida.
— Inteligente no es quien sabe pronunciar muchas palabras, sino el que sabe cuáles no decir, para no lastimar otra persona.
— Serás verdaderamente valioso, cuando no necesites defender tu importancia. Rafael Vidac.
— El fracaso es parte de la vida; si no fracasas no aprendes y si no aprendes, no cambias. Paulo Coelho (1947).
— Llora si es necesario, pero piensa que quien merezca tus lágrimas, siempre hará lo posible por verte sonreír...




— Cuando vuelvas a pensar que te pides demasiado, vuelve a considerar cuanto te mereces. Rafael Vidac.
— Si no trabajas para cumplir tus sueños, alguien te contratara para que trabajes por los suyos. Steve Jobs (1955 - 2011).
— Mientras te preocupes por lo que otros piensen de ti, les perteneces. Neale Donald Walsch (1943).
— Hay personas que alegran la piel, otras los oídos o la vista, pero muy pocas alegran el corazón.
— Inteligencia es guardar silencio, cuando el ignorante hace ruido. Arturo Hernández.
— La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente. Jules Romains (1885 - 1972).
— Para entender el corazón y la mente de una persona, no te fijes en lo que ha hecho no te fijes en lo que ha logrado sino en lo que aspira a hacer. Khalil Gibrán (1883 - 1931).
— No puedes obligarte a ti mismo a sentir algo que no sientes, pero si puedes obligarte a hacer el bien, a pesar de lo que sientes. Pearl S. Buck (1892 - 1973).




— Un hombre se puede equivocar muchas veces, pero no se convierte en un fracaso hasta que empiece a culpar a otros por sus propios errores. John Burroughs (1837 - 1921).
— Si piensas que el silencio no es una respuesta... aún te falta mucho por aprender.
— Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver. Proverbio judío.
— El silencio es el único amigo que jamás traiciona. Confucio (551 - 479 a. C.).

— No se logran las cosas que se desean, sino las que se intentan. Edgar Cedevio.
— Una persona inteligente resuelve un problema, una persona sabia lo evita. Albert Einstein.
— El perdón no es un regalo que demos a otro, nos lo ofrecemos a nosotros mismos.
— Dominar a otros es fortaleza, dominarnos a nosotros mismos es el verdadero poder. La mayor de las batallas es con nosotros mismos, con nuestros temores y debilidades.




— Cuando las expectativas de uno se reducen a cero, uno aprecia realmente todo lo que tiene. Stephen Hawking (1942).
— Es preferible agitarse en la duda, que descansar en el error. Alessandro Manzoni (1785 - 1873).
— Los únicos límites de nuestros logros del mañana, son nuestras dudas de hoy.
— Tu mente es una casa de tesoros que debes abastecer bien y es la única parte de ti donde el mundo no puede intervenir. Frank McCourt (1930 - 2009).
— El que tiene salud tiene esperanza, y el que tiene esperanza es dueño de todo. Proverbio árabe.
— El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños, es la falta de tiempo. Paulo Coelho.
— La única cosa que compramos y nos hace más ricos, es viajar.
— Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro. Albert Einstein (1879 - 1955).

— Cuando la vida nos sacude con mucha fuerza, es que comprendemos que el tiempo que nos queda no es para malgastarlo. ¡Aprovéchalo!
— No dudes si quererle, quiérele con todas tus fuerzas. El universo siempre te devolverá el amor que entregas.
— La mejor edad de la vida es la que tienes ahora. Ayer te faltaba experiencia. Mañana te faltarán... fuerzas.




— Amor no es eso de lo que hablas, son esas cosas buenas que haces con tus acciones y de las que la gente habla.
— Saca de tu vida todo aquello que te envenena el alma, los sentimientos más negativos que no aportan la luz que deseamos sumar a nuestra existencia.
— Sé valiente y aprende a darle a tu vida las ausencias que necesitas, porque resultan un verdadero triunfo.
— El perdón es la llave que abre la puerta del resentimiento y las esposas del odio. Es un poder que rompe las cadenas de la amargura y abre los candados del egoísmo.